sábado, 23 de enero de 2010
Derecho a un trabajo digno
A la familia de titiriteros gustaba de enseñar equilibrios a las cabras para así poder mejor acompañar la cantinela del organillo. Plaza Mayor, mañana de sol, los transeúntes pasaban sin caer en la cuenta de lo que sucedía al pie de la escalera de tijera, la cabra se negaba a trepar el madero. En una época donde el maltrato a los animales ya no se tolera el gitano viejo se hacía cruces, nunca le había pasado nada igual, una cabra reivindicativa parecía. El gitano viejo simulaba dando vueltas al manubrio de la caja de música mientras vigilaba las lanas del animal, éste con un brillo de inteligencia en su mirada ignoraba altiva a su amo como diciendo ¡súbete tú!
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