CONCURSO PATROCINADO POR HOTEL MAR MENOR

El hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera apoya a las Bibliotecas de San Javier en la promoción de la creación literaria y te dan la bienvenida a este concurso.























jueves, 25 de abril de 2013

GANADORA DEL CONCURSO DE MICRORELATOS DE LAS BIBLIOTECAS DE SAN JAVIER 2013


SANDRA MONTEVERDE GHUISOLFI
     POR SU MICRORRELATO "Mar o montaña"


¿Mar o montaña?
¡Qué difícil elegir!
Con lo grande que es España, debe de haber mil sitios que aúnen mar y montaña. Claro que en geografía nunca fui muy buena, pero seguro que hacia el sur. Además en el norte dicen que las aguas son muy frías y yo de frío estoy hasta el copete.
Resultados del buscador: costa de Murcia, Mar Menor, aguas cálidas y salobres, la mejor cocina mediterránea,  paseos románticos, hoteles de categoría, senderismo y escalada.
Ya está, ¡que más podría pedir!

- Cariño, ¿has sellado el paro? Mira que hoy es el último día y si no, no nos pagan.
- Si amor, ya está hecho.
- ¿Y que estabas haciendo?
- Nada, soñaba por Internet.

viernes, 19 de abril de 2013

(42) El violonchelo de Bach


Caminé al lado de Anna Magdalena Bach a través de las puentes en Leipzig. Su marido había muerto, se podía ver su pérdida en su rostro, pero todavía tarareando la primera suite de violonchelo. Nunca hubo un momento para yo revelar mi pasión. Si lo hiciera, sería perturbar un mundo que no era el mío. Tal vez dentro de 200 o 400 años, ¿quién sabe?
Me quedé unos días en NY. Pasé cerca de la Juilliard School y vi que ella estaba cruzando la calle. Anna se puso muy cerca de mí, se di cuenta de que la estaba mirando y me dio una sonrisa de complicidad. Me quedo con esa sonrisa hasta la eternidad.



(41) Abundancia


En Semana Santa nos fuimos de paseo mi mujer y yo.
“Llevémonos un costal”.
-¿Eso por qué?
“Para guardar todo lo que nos den”.
Recorrimos la vereda completa. Recibimos saludos y abrazos de amigos, tíos y conocidos.
Volvimos a casa con hambre y el costal vacío.

(40) Atención personalizada


-         ¿Qué talla..?
-         ¿Talla…? No sé… Así… -y puse las manos en cóncava postura.
-         Una noventa parece. ¿Como yo? –se subió el jersey y presentó su perfil curvilíneo ante mis ojos, que se apresuraron a superponer ambas figuras.
-         Algo menos, creo -dije azorado- pero…
-         ¡Ya!, más erguidas, quiere insinuar -con retintín.
-         ¡No, no, no insinúo nada, si está muy bien! Mejor le regalo… ¡medias! ¡Sí, medias! ¿Serán tamaño único, supongo? -pregunté a la dueña de la lencería. Y ella, remangándose la falda hasta la cintura y señalándose demostrativamente inquirió:
-         Las quiere por aquí o por debajo de …

lunes, 15 de abril de 2013

(39) Sustantivos


Una voz alta me arrancó de la paz y sosiego que la lectura del libro me producía. Intenté abstraerme de tu quejido pero tus palabras repletas de reproches luchaban por hacerse un hueco dentro de mis oídos.   Al abrigo de la indiferencia y enfurecido por mi pasividad no dejabas de mirarme mal. Me quedé inmóvil, no hice gesto alguno. El pulso no me tembló por primera vez, mis ojos no mojaron mis mejillas. Fueron minutos eternos pero al final tu rencor y odio no erosionaron mi entereza.
Recupero la tormenta atrayente de adjetivos y verbos  allá donde mi imaginación no tiene fronteras y te vuelve a ver con ojos de enamorada.

(38) Una mirada, un mundo


Es curioso como lamiendo cada rincón de su piel, embebiendo del aroma sublime de su cuerpo, llegué a perder la razón. Fui un loco libando del néctar de sus labios, mientras mis manos delimitaban el límite de la realidad, surcando cada curva de sus sinuosas caderas.
Hasta que, de súbito, en el añil de sus ojos, pude ver como mi mundo, de nuevo, volvía a girar. Y a partir de ahí, de la magnitud de la belleza de su mirada, toda mi vida tuvo sentido.


martes, 2 de abril de 2013

(37) Noche

Las hojas húmedas silenciado nuestros pasos. Ella me cogió la mano, y sentí un olor a musgo en el pelo. Me di cuenta de que incluso la oscuridad se sentó justo en la silueta, demarcada por un vestido blanco escotado.


Al poco tiempo, el tono de la noche, mi carne se unió a su sombra, anticipando una complicidad solapada.

Me miró, sonrió una sonrisa nacarada, y confesó que le gustaba allí porque ya el sol estaba oscuro y brillante de la luna. Y ese fue el único lugar donde los sueños y la realidad se comunicaba el mismo destino.

Aquí se puede vivir sólo de amor, dijo, y continuó llevándome al pantano donde se bañaba todos los días.

(36) Sábado noche o domingo mañana

A estas alturas no puedo recordar si fue en sábado noche o el domingo por la mañana. Sólo sé que aquella gata infernal derramó sobre el radio despertador el par de tragos que aún quedaban en el vaso  que tenía en la mesita, estalló el aparato, dio un chispazo y ella saltó sobre mis partes nobles al escuchar mi alarido. Me miraba farruca posicionándose y como por resorte, comenzó a recrearse en mis preciados atributos. Noté  sus uñas horadarme rasgando con saña; definitivamente, aquella era una lucha sangrienta entre la bestia y el hombre. Tirando de ella, sólo conseguía que aquella bestia parda siguiera desgarrándome sin piedad y me di por vencido: ella no estaba dispuesta a renunciar a su presa. Me clavó su mirada felina taladrándome y de nuevo eunuco di por perdida la contienda. Una vez más, mi madre había ganado su batalla.

(35) Anuncio en una farola

Se solicitan educadores sociales de manera urgente. Una crisis de valores azota a


todo el país y la llamada generación NI-NI aumenta considerablemente. Si está

interesado en el puesto, póngase en contacto con nosotros a través de la siguiente

página web: www.salvemosalosjóvenes.es

Requisito indispensable: tener capacidad didáctica.

(34) Carta de un hombre vencido

Jamás imaginé que algo así podría sucederme a mí.


Cuando compramos esta casa, en nuestra entidad bancaria todo

fueron facilidades. Nos bastó con presentar una nómina y un aval

medianamente fiable, que en este caso fueron mis padres.

Pero ahora la situación es bien distinta: tanto mi mujer como yo

llevamos más de un año desempleados y las deudas con el banco se

acumulan. Mis padres tampoco pueden ayudarnos porque sus

pensiones son muy precarias y si a nosotros nos deshaucian, ellos irán

detrás. Tengo dos hijos pequeños a los que apenas puedo alimentar.

Por ello estamos asistiendo a comedores sociales y bancos de

alimentos.

Agradezco mucho el apoyo de los vecinos y de la plataforma “stop

deshaucios” pero esta situación es insostenible. Yo, un hombre

derrotado por el sistema financiero, he decidido quitarme la vida

lanzándome al vacío. Lo siento por cuantos dejo desamparados. La

suerte está echada.

(33) EL SALMÓN DE SU VIDA

Se dio cuenta de que era la pieza más extraordinaria que había encontrado nunca nada más advertir que había picado el anzuelo.


Afianzó su posición. Se colocó como había estudiado tantas veces y comenzó a recoger el carrete

-María, prepara la cámara que esto pasa una vez en la vida.

Manuel continuó con su empeño mientras María corría a la orilla del río con la cámara de fotos.

La emoción del momento le hizo olvidar toda precaución. Se escurrió y cayó al agua en un lugar de cierta profundidad.

-¡Manuel, que me ahogo!

Y Manuel dejó que se ahogara. Pero no se le escapó el salmón de su vida

(32) El Secreto de Barindawa

En una tribu de los antiguos indígenas de Sri Lanka, vivía Barindawa. Los hombres se volvían locos frente a ella. Las demás jóvenes se preguntaban cuál sería su secreto pues no era bonita ni tenía nada llamativo. Un día la siguieron cuando se dirigía a recoger frutas y observaron que recogía muchos frutos de color rosado pálido.  Le sacaba las semillas y trituraba el fruto, después  se lo echaba al agua que utilizaba para bañarse. A partir de ese momento, Barindawa dejó de ser la única. Todas las mujeres tomaban el baño con agua de Pomarrosa. 

(31) ROZANDO SUEÑOS

He cruzado la muga de la vida,


viví en ella cuarenta y tres días

alojado allí como un insecto

entre pétalos de una flor marchita,

vegetal de la luna que me dio su luz

y por unos instantes,

allí sin mi cuerpo, descubrí al infinito...

lunes, 1 de abril de 2013

(30) tropel de hormigas

El tropel de hormigas asciende tumultuoso en busca de fértil asiento para difundir su expansión y conquistar un mundo virginal dominándolo con sucesivas legiones.


Huestes poderosas, sublimes, que precisan continua aportación para sojuzgar a ejércitos amodorrados.

Triunfar o derrotarse depende, únicamente, de la voluntad hostigada del consu-midor primerizo.

(29) ANHELOS CON PRINCIPIO

Norte, sur: Arriba y abajo con encuentro común.


Oriente, occidente: Cercanía y lejanía en una misma coordenada.

Patria, tierra: Hogares sin fronteras.

Cruz, luna, estrella: Símbolos de conflictos superables.

Cultura y religión: Fundamentos sin apasionamiento.

Guerras, paz: Pasado y futuro prometedor.

Amistad, odio: La cuestión del ser o no ser.

Hablar, escuchar: Parte final de un desencuentro. ANHELOS CON PRINCIPIO

Saludo, palabra: Base del entendimiento.

Pan y sal: Agasajo ancestral de bienvenida, mi casa es tu casa.

Diálogo, acuerdo: Parlamento sin oídos sordos.

Apoyo, convivencia: Superación hacia la reconciliación.

Ellos, vosotros, nosotros: hermanos al fin.

(28) EL PROFESOR ROJO


El profesor Rojo tenía la cara roja, roja, roja. No era rubor, sino que era así. Parecía un tomate. Le soltaba piropos a otras profesoras, halagando el bonito gorro que las embellecía, o las altas botas que las encumbraban... Parecía que fuese a estallar de un momento a otro, pero nunca lo hacía. Nadie sabía el secreto, pero era que, como las teteras, tenía un pitorrito por el que salía la presión contenida en su cara. Lo malo es que el pitorrito quedaba en las antípodas de su cuerpo.

(27) EL ULTIMO RELATO

Voy tecleando letra a letra este relato mientras veo cómo cada una de ellas aparece en la pantalla del ordenador, y se, porque una voz me lo ha dicho, que cuando acabe de escribir acabaré yo mismo, caeré fulminado, y ni por esas soy capaz de parar de escribir. Se que será mi último escrito, mi testamento literario. Se que después de esto ya no podré decir más, así que tendré que abreviar y condensar mi último mensaje, dado que el límite son ciento veinte palabras y ya llevo noventa y dos. Otra voz me dice ahora que pare, que no sea insensato... pero si le hago caso habré terminado de escribir y el final se precipitará. Pues termino ya.




(26) El reencuentro


Justamente ayer, me reencontré con una de esas amigas, que permanecía en el baúl de mis recuerdos . Un encuentro casual  que me hizo sentir algo muy hermoso. Solo bastó una mirada, para que sus ojos brillantes de un azul casi celeste, se abrieran de par en par y nos fundiéramos en un profundo abrazo. En apenas cinco minutos, descubrí una mujer nueva, que había superado la espiral del maltrato y que  gritaba a los cuatro vientos lo feliz que era tras haber roto su relación. Después de diez años sin verla, descubrí a una madre de treinta y siete años alegre, hermosa y libre. Una mujer que había tomado la decisión más importante de su vida: volver a vivir.

(25) Dentro y fuera


En las últimas semanas de su vida, todas las edades que el viejo muy viejo llevaba en sus entretelas salieron a la superficie. El nieto adolescente, mientras contemplaba enternecido a su abuelo, comprendió que nada se pierde, ni lo malo ni lo bueno; guiado por el ejemplo del viejo muy viejo, el joven se propuso a partir de ese día meter dentro de él lo que, cuando en el futuro lejano emergiera al exterior, despertara al menos la ternura de su nieto adolescente.

(24) Divergencia recurrente


Dios creó los cielos y la tierra. El diablo todo lo desordenó. Aquel prohibió el fruto de la ciencia del bien y del mal. Adán y Eva le probaron. Jehová advirtió el gran diluvio a los moradores de la tierra. Sólo Noé y su familia ingresaron al arca. Aquel libertó a Israel de la servidumbre de Egipto. Los hebreos, tras cruzar el Mar Rojo, adoraron un becerro de fundición. El Padre envió a su Hijo unigénito, para salvación y remisión de pecados. Aún así lo aborrecieron y le crucificaron.
La luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas.

(23) Eterno regreso


Desde que Belén se fue, reiterados y sombríos abriles añoré regresar, para interactuar con hechos que habían sido y no serían más. O que jamás fueron en realidad, si eran reescritos por mi empresa ilusoria.
Pero cuando resueltamente, a través de sueños y delirios, arribé a los tiempos añejos, entendí que el destino no puede eludirse. Si era redimida de los jirones de fuego, el futuro se alteraría. Entonces, con ella a salvo de las brasas ardientes y mi atajo hacia los dobleces del presente, ¿Qué me inducía bosquejar la epopeya hacia el pasado para rescatarla, si ya estaría viva gracias al viaje redentor?
Y al no emprender el regreso, nuevamente perdería (y perdí) a mi niña.

miércoles, 27 de marzo de 2013

(22) (El mundo al revés)





Mi pie izquierdo no funciona, y ahora que el mundo funciona al revés, esto es una señal de mal augurio. No me quiero levantar con el pie derecho, por lo de la mala suerte, pero tengo que salir apresuradamente de esta cama. Duermo con mi mujer, pero ahora eso es pecado, en breve llegarán sus amantes. Solo veo una opción, que ella me empuje y rodando me deslice como una croqueta, hasta quedar escondido y en silencio bajo su cama.



martes, 26 de marzo de 2013

(21) Despedida (Nunca solicitada)


El mismo andén que nos acercó nos aleja ahora. A través de la distancia a punto de multiplicarse, se desencadena el consabido patrón de las cucamonas, las sonrisas forzosas para no desatar anticipada tristeza en el otro, los besos soplados, el reflejo del cristal que ya me esconde su busto al maniobrar el autocar para llevársela: todo, todo es inútil ante lo inexorable de la partida.
            Y, entre otras muchas cosas sin una utilidad real, siento tu partida y el hecho doloroso de no poder acompañarla. Siento esta despedida, este adiós, este adelanto de agonía en el corazón. Igual que también puedo sentir ya que recordaré siempre este momento.

(20) Victoria station


Llegábamos a la estación Victoria huyendo de la escasez y el aislamiento. Casi todas éramos de provincias y entre nosotras había algunas aventureras y muchas desesperadas. Formábamos la legión del servicio doméstico en tierras de sajones. Huestes de desacomodadas buscábamos quehacer en una ciudad donde otros vivían con holganza. No entendíamos el pop, y aunque nos atrevimos con alguna minifalda, viviamos con desarraigo en aquella ciudad psicodélica y moderna.  Han pasado más de 50 años y a Victoria Station, ante la misma indiferencia flemática de los londinenses, siguen llegando trenes cargados de exiliadas, pero ahora flamantes y competentes licenciadas.

(19) En una noche... como tantas otras


El tenerla sobre mí saciaría mis más íntimos y oscuros deseos.
Creo oírla llegar, veo su resplandor.
Seguramente vendrá acompañada de otros más fuertes y ruidosos.
Me pide que la tome, que comparta su ardor.
Me rindo y me sumerjo bajo ella, ella es más fuerte, me espera, no puedo aguantar más, estoy sintiendo demasiado.
Ahora sus gotas de amor saciado se vierte sobre mí y me enseña lo que aprendió con  otros hombres y me hará participe de lo que en sus formas redondeadas escondía.
El clímax está cerca, y ella  explota satisfecha, con un gran estruendo que ilumina su bello porte.
Se derrama sobre mí.
Después de..., ya llega, ya viene..........empieza a llover,  anunciándose una gran tormenta.


lunes, 25 de marzo de 2013

(18) De camino al éxito


Sólo a las niñas guapas y a los padres que las acompañaban les ofrecían café. “Tenga por seguro que haremos de su hija una gran actriz, además de una gran mujer”, repetía un día tras otro aquel tipo trajeado antes de despedir a los hombres con un fuerte apretón de manos. El siguiente paso, siempre el más complejo, era hacerlas comprender, al tiempo que se desabrochaba el pantalón, que tan sólo existía un camino para ser las mejores.

(17) Río y pies


Con los pies aventureros fueron al rio, no era un camino estrecho ni un camino corto, era de sonrisa ancha y dicha mutua. Cogidos todos de las manos alzaban la cabeza y observaban las vacas Muuuyeras.
Escuchaban el agua, no como un riachuelo ni como una cascada, sino como un rio digno de ninfas y príncipes ranas. La mayor le preguntó a su hermanita:
- ¿Cómo se llama el rio?  Ella la miro desconcertada y dijo:
- El rio no es un libro para tener letras. 

(16) Tesoros


Llevaban varios meses buscando tesoros entre mares sin nombre, encontrando calamares gigantes, islas carnívoras y estrellas ahogadas. Un día el capitán despertó de un sueño extraño y pidió a la tripulación girar al Sur. Al Soldecer se toparon con perlas enormes naufragando entre los dientes de una reina perdida. 

(15) PERIODO DE ENTREGUERRAS


Como triunfaba el verano y ya había culminado el monzón, no nos desalentó que la bomba nos dejara sin media techumbre. En las primeras noches hasta nos emocionaba observar las estrellas desde los pies de la cama, abrazados como si acabáramos de enamorarnos, leyendo en el universo las señales de un futuro temido, pleno de añagazas y miserias. Cuando el otoño estalló con sus vientos violentos, nos llenó el lecho de arañas y hojas crepitantes. Dejamos entonces de ser nosotros mismos en aquella vida prestada brevemente por la guerra y no tardamos en ser arrojados de nuestro paraíso terrenal al tráfago del mundo y de lo incierto.

miércoles, 20 de febrero de 2013

(14) Susurro

Marta: Eres único. Ven aquí. Pídemelo al oído.


Miguel: Claro, como quieras. ¿Estás lista?

Marta: Siempre.

Miguel se acercó muy despacio con el calor de su boca. Marta, dejándose ya arrollar por el fuego, iba resquebrajando el silencio.

Marta: Miguel.

Miguel: Dime.

Marta: Me estoy desvaneciendo. ¿Qué estás haciendo?

(13) Firme hacia el firmamento

El Universo no me basta, el firmamento es mi sitio y ahí aspiro a firmar. Por eso quiero ser una estrella y lucir como nunca en el mapa estelar. Pero nada de vulgaridades, yo quiero ser muy grande. Mayor que VY Canis Majoris, más rutilante que Sirio, y crear vida a mi alrededor lo mismo que el Sol. Tampoco quiero ser otra Rigel, brillante y sin reconocimiento. Lo que quiero yo es otra cosa. Yo aspiro a estar en lo más alto por eones. Y si algún día tengo que morir, tener un final también estelar, de película: una muerte de supernova que ilumine el camino a las que me sigan detrás.

martes, 19 de febrero de 2013

(12) Viaje al cielo

Al pasar junto al crematorio, he visto salir un hilo de humo que hacía como un requiebro en el aire; parecía un juego de seducción.


Seguro que era mi abuela. Se murió ayer y todos sabemos que siempre fue muy presumida.

lunes, 11 de febrero de 2013

(11) Infraganti

Entonces terminaste por dárselo al vecino.


¿Qué? Cómo se te ocurre. Sí, sí lo diste, no faltó quien te viera. Dime, dime, ¿quién me vio? La muchacha del servicio, te vio y me lo dijo. Traicionera, descarada, nunca pensé que fueras en contra mía, apenas me descuidé, me hundiste la puñalada; hasta nuestro hijo vio cuando se lo diste en la sala.

Está bien, está bien, si se lo di. Pero lo que no vieron fue que él me lo devolvió, porque ese pantalón estaba muy nuevo para dañarlo en la construcción del “Año Viejo”.

(10) Pesadilla

Otra noche más sin poder dormir por el miedo a soñar. En cuanto cerraba los ojos, tenía una y otra vez la misma pesadilla. Aparecían aquellos hombres, y se los llevaban a todos por la fuerza metidos dentro de sus camiones. Después, a su llegada, los ponían a todos en fila india, y entonces, comenzaba a sonar aquella maldita música clásica a todo volumen mientras de fondo se escuchaban gritos aterradores que parecían venir del principio de la cola.


Siempre se despertaba con el olor a sangre metido en la nariz.

Su madre le había dicho que contara ovejitas para dormir, pero es difícil conciliar el sueño cuando tú eres una de ellas, y vives junto al matadero municipal.

(9) Mentiras

Te habían dicho que la feminidad estaba en tu cuerpo, en tus gestos, en tu delicadeza, en tu sonrisa, en tu buena educación, en tu pelo brillante y sedoso, en tu seducción, en tus operaciones estéticas, en tu desayuno con cereales hipocalóricos, en tu sumisión, y hasta en tus zapatos de tacón. Te fracturaste un tobillo. Ahora sabes lo que es ser mujer.

(8) Compartiendo distancias

Ella llegó unos minutos tarde a la cita, se disculpó: el tráfico. ¡Mujer tenía que ser! Él ya se había bebido una copa de cerveza y solo había dejado rastro de las patatas fritas en su jersey. ¡Hombre tenía que ser! Ella le escuchó solícita hablar de su amplia y exitosa carrera profesional. ¡Mujer tenía que ser! Él se pidió otra caña y reclamó más patatas fritas, reteniendo las aceitunas que había traído el camarero. ¡Hombre tenía que ser! Ella intentó hablar de sí misma. ¡Mujer tenía que ser! Él miró disimuladamente el reloj a los pocos minutos. ¡Hombre tenía que ser! Ella, ¡mujer tenía que ser!, se dio perfecta cuenta y, con naturalidad, dijo: “Si quieres, nos vamos”.

(7) Ponerse los zapatos

“The spirit of the land, as becomes the ruler of greater


enterprises, is careless of innumerable lives. Woe to the

stragglers! We exist only as we hang together”.

(J. Conrad)







Pronto acabarán los días. Mundo de hechos derrotado hacia un núcleo privado, tiempo detonado. Debemos partirnos en dos, debo uncirme la culpa.



Abren los dorsos, altos de ojivas y tendones cancelan una soga de luz en la garganta. Cae sellada la piel. En raigones de carne acaba la paz ciega del estómago. Mañana sólo recordará cubrirse de zapatos por si las manos los ojos y dorsos de puentes tendidos el aire libre y el frío por ellas.



Manos ixíadas, culpables del primer perdón, hospedad ahora la desgracia.



He oído subir el ascensor como animales en la noche de los hombres.



Volveremos y sólo seremos miedo; acabaré esta muerte cuando no entienda las palabras, dejaremos de hablar sólo cuando hayamos escapado.

domingo, 3 de febrero de 2013

(6) El cambio del pobre Diego

Le imploro a Lilith, hija mía, deja quieta la esfera, no metas los dedos por sus agujeros negros que es peligroso, anda, juega con otra cosa, pero es como si le dijera precisamente lo contrario. La muy pilla comprime el globo terráqueo, lo estira, deforma y hace rebotar provocando con su diablura un zaperoco de gusanos y espectros trastocados y perdidos en el tiempo y en el espacio.


Caramba, ¡qué burumbún!, se jodió la marrana. Mejor no les advierto a esos orates peneques y fanáticos que, aunque lo parezca, el bigotes que van empoderar no es ningún Hitler sino Frida Kahlo. Al fin y al cabo ellos saldrán ganando con el albur.

En cambio el pobre Diego…

jueves, 31 de enero de 2013

(5) Una vida sin voz

Le gusta mirarse en el espejo envejecido, tal vez porque le recuerda a otros tiempos, quién sabe si mejores, cuando gustaba fumarse un cigarro habano desafiando su placer exclusivo reservado para hombres. Esos mismos hombres que sobre extrañas mentiras tejieron la alfombra roja de su efímero éxito para luego dejarla caer sin lona. Peina armoniosa su cabello cano con el cepillo de puño bruñido y grabado con las iniciales G.S. de un nombre de blanco y negro, de labios leídos y con el azul verde de sus ojos sugerido. Escondida en el telón del olvido, se maquilla para la última toma de su vida, como siempre desafiante. Un habano más, por favor.

(4) Alicia

Alicia ya no vive de maravilla, el príncipe que salió rana dijo:¡ el cuento se acabó! nada más darse la vuelta la hada madrina. El arco iris de Alicia se forma con gotas que no son de lluvia y de los colores de un labio partido. Inventa razones para aguantar esperando que el final vuelva a ser comer perdices. ¡Despierta acaso bella y durmiente de Orfidal! Mírate en el espejito y di que será la última vez.

miércoles, 30 de enero de 2013

(3) Lamia de ciudad

Contemplabas el azul del arroyo. Y en él, mecías mimosa tu largo cabello al viento, disipándose largo, entre robles y castaños. Y te vi sonriente, sentada en el riachuelo, dibujando sombras de luna con su luz. Dulce al despuntar el Alba, rocío que germinó al nuevo día. Cuanta belleza junta se disipa cuando inadvertida la ciudad, te acoge entre sus edificios. Y yo tendré que jurar al color-tiempo para desmontar alquimias; el hiriente hechizo del amor descartado, el azul hechizo de tu arroyo-pelo, el admirable hechizo de tu belleza inagotable, el perfecto hechizo de tus ojos bellos, a los que no puedo mirar, que los tengo que esquivar porque ellos me sonrojan porque en ellos;


…veo el mar.

martes, 29 de enero de 2013

(2) Remake

La entrevista transcurría según lo previsto. Quiero decir que el encargado, un hombrecillo tímido y miope, en vez de mirarme a la cara, le tartamudeaba a mis tetas. No me preocupé. Las tenía bien puestas. Aún así, no me permití bajar la guardia. Mi inglés dejaba tanto que desear como la estatura del encargado, que por un momento, dejó de hablarle a mis tetas y me alargó el contrato. Fue tal mi alegría que rodeé la mesa y lo abracé repetidas veces. El pobre hombre ni se dio cuenta del estallido de los globos ni menos aún se quejó de mi barba, lo cual me dio pie para subirme la falda y tirar del postizo de mis caderas

(1) El escondite perfecto

Se escondió tanto y tan bien que ni el hambre llegó a encontrarlo, ni la deshidratación y ni siquiera el tiempo;... y decidió quedarse allí hasta que dejaran de buscarlo. Su nombre es Dios y su estado eterno.

Ya ha empezado... sed breves

Saludos, ¡Oh, amigos de las bibliotecas!... Ya ha empezado, sed breves, tenéis hasta 120 palabras para deslumbrar, y si el jurado os considera el mejor, podéis pasar un maravilloso fin de semana en el Hotel Mar Menor
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