sábado, 23 de enero de 2010
El incauto
Tecleó la palabra “ojo” en el buscador y descubrió una web que le ofrecía poder curiosear en el interior de una casa particular. Hizo un clic de ratón, otro más y luego dos más seguidos, entonces se abrió la puerta de un salón en blanco y negro y le pareció ver la figura de un hombre sentado de espaldas a la cámara. El zoom le acercó hasta el cogote del infeliz, cabeza pepino de pelo grasiento, parecía que estaba tecleando alguna cosa. Quien fuera parecía que estaba escribiendo algo en su ordenador.., el teléfono le distrajo y al cogerlo observó que el imprudente de la cabeza pepino también cogió el teléfono, igual que él, y dijo “dígame”, igual que él.
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