CONCURSO PATROCINADO POR HOTEL MAR MENOR

El hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera apoya a las Bibliotecas de San Javier en la promoción de la creación literaria y te dan la bienvenida a este concurso.























viernes, 29 de enero de 2010

Psicología triunfal

Dos años había tratado con él, “los martes. Ese día se presentó eufórico, y me soltó, ¡Ya estoy curado doctor! “por poco me desmayo”, adiós a cincuenta semanales.
--¿Dime como te has curado?--.Debía retenerlo como fuese.
--¡Gracias a usted! Me aconsejó que acabara con ella. ¡Lo hice!, tres millones, único beneficiario del seguro, yo.-- El chiflado había empujado el coche, con su mujer dormida al volante.
Intenté lo mismo, se despertó. Intento de asesinato. Mi cliente de psicoterapia, sacó la carrera, compró mí consulta en subasta, se acuesta con mi mujer (venganza de ella), yo me prostituyo por unos cigarrillos. “Así es la vida”, él trabaja por hobbie.
Creo ser, buen psicólogo ¿verdad?...

La Modelo enero de 2010.

jueves, 28 de enero de 2010

AL FINAL DE NUNCA

Vuelvo a aquel parque. Recuerdo tus manos como palomas inquietas .También un amor con espíritu de azogue. La vida es un relato. También un microrrelato de ciento veinte palabras. Donde uno define su ser. Define lo que se ha sido. El tiempo pasa como una ola agitada, mientras quiero pensar en aquellos ojos como lagos que se rebelaban contra el olvido. Ya no están. También se esfumaron las palabras como humo de hogueras y castillos fugaces. ¿Dónde estarás, ahora, vieja estrella? Y yo sigo aquí. “Somos viejos porque tenemos que morir”, me dijiste una vez. Y yo sigo aquí. Viviendo. Seudoviviendo. Evocando. Siendo un esqueleto de mis propios sueños.

martes, 26 de enero de 2010

VIDA

El pintor dio los últimos retoques al cuadro. Era su obra maestra. Había estado trabajando en ella más de diez años, y por fin, consiguió culminar aquella maravillosa obra de arte. Le puso el título de “Vida”, y en ella plasmaba lo que representaba la vida en sí, atrapando la quintaesencia de la vida, de la sociedad, del mundo en general. Su pincel había sabido captar toda la idiosincrasia de la existencia…
Cuando dio por finalizado el lienzo, dejó su paleta junto al caballete, se apartó unos pasos para admirarla mejor, y sus ojos se le llenaron de lágrimas.
Se dirigió a la mesa del estudio, abrió un cajón, cogió su pequeño revólver y se quitó la vida…

Turno de guardia

¿Pero qué horas son éstas? Y encima con prisas. Con lo calentito que estoy, ahora, a pasar frío. Venga, no lo pienses, ahora toca correr para no perder calor. Mi trabajo parece más un deporte de riesgo: corro, salto, subo, bajo, salgo, entro, trepo, , me peleo, me abro paso, busco, me pierdo, me paro, me oriento, sigo, vuelvo a correr, vuelvo a saltar, vuelvo a subir, vuelvo a trepar… Ya estoy cerca. Lo noto. Estoy exhausto. Hace calor. Casi no puedo más, pero estoy llegando. La recompensa merece la pena. Ya llego. Ya estoy. Pero… ¿y el óvulo dónde está? Toda la vida preparándome para este momento y resulta que esta mujer toma la píldora.

lunes, 25 de enero de 2010

Bicho gafoso de mierda

Bicho gafoso de mierda, insensible y egoísta. Me embarcas en tus historias, en esas que inventas con sospechosa soltura, y, luego, con las mismas, me sueltas una excusa y me dejas así, con las maletas hechas y el reparto de adioses, y todas las lágrimas del mundo enfangando, y los “no me dejes” y los reproches en retahíla perfecta de trapos sucios. Y, cuando he roto todo lo que quedaba por romper, te dejas caer con que “es mejor más adelante”, que días habrá, y yo traduzco, claramente y entre líneas, que dejas para nunca lo que no tienes el valor de hacer hoy.

Aula Magna

Ni subido a una escalera conseguiría besarte, tan distante te percibo, con ese desdén con que te mueves desde la altura de tus ojos grises. Te sientas a mi lado, dejándote caer con displicencia, y ladeas la cabeza para rozarme el cuello con tu rubia melena, tan lacia y pensativa. No entiendo bien ese interés perverso por provocar pasiones sin futuro.

Acaba la clase y ya me olvidas, y en pocas ocasiones te despides: solo esbozas una sonrisa ambigua que promete lo que luego no cumples. Pero hoy me has dejado una nota, con siete palabras graves como siete puñales: «Ni subido a una escalera conseguirás besarme».

sábado, 23 de enero de 2010

Microfábula

El elefante rompió la pecera pero el pez ya no respiraba

Derecho a un trabajo digno

A la familia de titiriteros gustaba de enseñar equilibrios a las cabras para así poder mejor acompañar la cantinela del organillo. Plaza Mayor, mañana de sol, los transeúntes pasaban sin caer en la cuenta de lo que sucedía al pie de la escalera de tijera, la cabra se negaba a trepar el madero. En una época donde el maltrato a los animales ya no se tolera el gitano viejo se hacía cruces, nunca le había pasado nada igual, una cabra reivindicativa parecía. El gitano viejo simulaba dando vueltas al manubrio de la caja de música mientras vigilaba las lanas del animal, éste con un brillo de inteligencia en su mirada ignoraba altiva a su amo como diciendo ¡súbete tú!

El incauto

Tecleó la palabra “ojo” en el buscador y descubrió una web que le ofrecía poder curiosear en el interior de una casa particular. Hizo un clic de ratón, otro más y luego dos más seguidos, entonces se abrió la puerta de un salón en blanco y negro y le pareció ver la figura de un hombre sentado de espaldas a la cámara. El zoom le acercó hasta el cogote del infeliz, cabeza pepino de pelo grasiento, parecía que estaba tecleando alguna cosa. Quien fuera parecía que estaba escribiendo algo en su ordenador.., el teléfono le distrajo y al cogerlo observó que el imprudente de la cabeza pepino también cogió el teléfono, igual que él, y dijo “dígame”, igual que él.

jueves, 21 de enero de 2010

SUEÑOS MEZQUINOS

Dormirme fue más fácil que intentarlo. Te invité a entrar en mi sueño. “Es mi primera vez”, dijiste. Desperté, y allí estabas, en tu lado de la cama, sin compartir mis sueños.

Retorno

Cuando mis pies descalzos pisaron las brasas, supe que había salido del infierno.

Retorno

Cuando mis pies descalzos pisaron las brasas, supe que había salido del infierno.

lunes, 18 de enero de 2010

Limón salado

Corriendo por la playa me encontré un limón perdido, estaba en buen estado a pesar de no encontrarse en su hábitat. Tenía un color amarillo muy vivo y olía a limón.


Llegué a casa y pensé por qué tendría esa fama el sabor del limón. Amargo, como los malos tragos de la vida. Pero es que además es ácido, como el humor que se saca de donde en principio, ni de coña, pensarías que se podría sacar.


Al final decidí darle un tajo al limón por la mitad. Me sorprendió, estaba negro y totalmente seco. Cómo puede ser que un limón tan amarillo, con tan buen olor, tan vital, estuviera podrido por dentro. Qué cosas, ¿no?.

Desorden

El otoño me desordena, sobre todo cuando estoy solo. La mayoría de las veces salgo a buscar a mis amigos y familiares para ordenarme. ¿Por qué estos días si hago, más o menos, lo mismo que siempre tengo al desasosiego esperándome a la hora de dormir?

Siempre busco una explicación psicoanalítica a esta jodienda, pero no la tiene. Según un listo en la materia, se trata de nuestra química, es decir, la mía y la de un 30% de la población, que según la estadística, se desordena afectivamente con la llegada de la estación. La próxima vez que vaya a una pizzería me pido una cuatro estaciones sin otoño, por favor.

lunes, 11 de enero de 2010

Plano americano

El hombre se vació los bolsillos y como prometió sólo tenía dos agujeros, los suyos, los agujeros que faltan no los robó él.

Francisco de Queirós