viernes, 25 de febrero de 2011
La luna de la higuera
La luna de la higuera se posicionaba placidamente. Entre la senda y la tapia se sentaba Antonio, bajo las hojas coronadas de la emperatriz. Observaba la luna con estupor, su luz parecía de un pálido plateado tan hermoso, que le vaciaba la mente y le consolaba el alma .Se escucho un susurro tras él, miro hacia arriba y en la pared vio a Cocho, su viejo gato blanquinegro, recostado sobre la tapia disfrutaba serenamente de la deliciosa brisa de la noche. Antonio sonrío- ya estamos todos- , dijo- y reclinándose hacia atrás hecho las manos sobre la nuca musitando - mira cocho, mira, que bonita esta la luna, con sus ojitos mirando, oronda y de luz llena.
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