Te miraba desde el ventanal en medio de la tormenta, deseabas que yo bajará, que te dijera que también te quería y que seriamos felices para siempre. Pero te deje ahí entre las gotas de lluvia y los enormes rayos, justo lo que te merecías.
Sabía que volverías a mi arrastrándote, lo sabía.
Día tras día esperando tus llamadas; caminando de tu mano, cuándo y dónde tú querías; soñando contigo.
Desapareces.
Y hoy después de varios meses apareces ahí delante de mi ventana, gritando como si la vida se te fuera en ello. No te quiero escuchar, no quiero. Llegas tarde.
Sabía que volverías a mi arrastrándote, lo sabía.
Día tras día esperando tus llamadas; caminando de tu mano, cuándo y dónde tú querías; soñando contigo.
Desapareces.
Y hoy después de varios meses apareces ahí delante de mi ventana, gritando como si la vida se te fuera en ello. No te quiero escuchar, no quiero. Llegas tarde.
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