El gordo se relamió los codos y era tan gordo y tan grande que la lengua hasta los codos le llegaba de lo grande que era... tras murmurar esto al pobre lo despertaron...
"¡Que estás hablando en sueños!", "¡no nos dejas dormir!"
"Es la hambre, que me repite el sueño"
"Si no tubieras tanta hambre no te daría esa acidez onírica, mira que te lo digo siempre"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario