lunes, 28 de febrero de 2011
UN PENSAMIENTO TRASCENDENTAL
La mujer nonagenaria se acercó a la cuna donde dormía su biznieto. Lo observó con detenimiento unos segundos, y comprobó, perpleja, que la criatura no tenía dientes, ni pelo tampoco. Igual que ella. Y, en medio de su desvarío, unas cuantas neuronas sortearon abismos y lagunas para iluminar un trascendental pensamiento: ¿Y si al final llegáramos al principio?
LOS INVITADOS
Siempre se había enorgullecido de la facilidad especial que tenía para ponerse en el lugar de los otros, hasta que un día el orgullo se trocó en preocupación. Fue el día en que se percató de que una parte de él se había quedado dentro de los otros; pero la preocupación le duró sólo unos minutos, los que necesitó para cerciorarse de que, dentro de él, habitaban unos seres que, extraños al principio, enseguida se convirtieron en familiares. Los otros formaban parte de él.
EL TAXIDERMISTA
El taxidermista estaba frente al que podría ser el trabajo más importante de su carrera. Era un encargo que le reportaría mucho dinero y seguramente, un nombre en su oficio, pero no encontraba la forma de realizar la empresa.
Tenía frente a él a la mujer mas hermosa que jamás habían visto sus ojos y no encontraba la postura en la que disecarla.
Tenía frente a él a la mujer mas hermosa que jamás habían visto sus ojos y no encontraba la postura en la que disecarla.
ELLA, SIEMPRE ELLA
Ella que siempre esta cuando la necesito. Ella que sabe besarme con sus labios húmedos, como nadie lo ha hecho jamás. Ella que espera mientras yo desespero.
Ella que sabe como calmar mis ansias y dolores. Ella que me acompaña esos días de celebración, pero que también la tengo a mi lado en las mas duras noches. Ella que me da todo. Ella que me hace olvidar y olvidarte. Ella impasible ante mis locuras. Ella que es quien abrazo todas las noches antes de dormir o morir. Ella no tiene nombre. Ella simplemente es una botella.
Ella que sabe como calmar mis ansias y dolores. Ella que me acompaña esos días de celebración, pero que también la tengo a mi lado en las mas duras noches. Ella que me da todo. Ella que me hace olvidar y olvidarte. Ella impasible ante mis locuras. Ella que es quien abrazo todas las noches antes de dormir o morir. Ella no tiene nombre. Ella simplemente es una botella.
VICE VERSA
Le torció la nariz entre sus dedos huesudos y luego, para enfatizar lo que estaba diciendo, le sacudió las orejas con sendas bofetadas.
“- ¡Borrico!..” le espetó “- ¿Cuántas veces te tengo que decir que la tercera persona del pasado de ‘amare’ es ‘amabat’?.. El niño trató de evadir cualquier castigo adicional, asegurándole al maestro que nunca más se le olvidaría.
Ajustándose la sotana, el clérigo volvió al estrado desde el cual amenazó al resto de la pequeña clase con un tratamiento similar al de Xavier, si no llegaban con los deberes bien hechos al día siguiente.
El niño se convertiría con el tiempo en San Francisco Xavier. El maestro … en un cero a la izquierda de la Historia.
“- ¡Borrico!..” le espetó “- ¿Cuántas veces te tengo que decir que la tercera persona del pasado de ‘amare’ es ‘amabat’?.. El niño trató de evadir cualquier castigo adicional, asegurándole al maestro que nunca más se le olvidaría.
Ajustándose la sotana, el clérigo volvió al estrado desde el cual amenazó al resto de la pequeña clase con un tratamiento similar al de Xavier, si no llegaban con los deberes bien hechos al día siguiente.
El niño se convertiría con el tiempo en San Francisco Xavier. El maestro … en un cero a la izquierda de la Historia.
El reflejo
Se sentó frente al tocador, que ocupaba el centro de la habitación. Se observó. Tras su reflejo, se aproximaba una persona. Se dirigía hacia ella en el espejo. Cuando estuvo a su altura, pasó de largo desapareciendo. Estaba sola en la habitación. En ese momento, sintió que no era ella la que se miraba en el espejo, sino su reflejo quien se miraba en ella. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, en su recuerdo, solo existían los ratos que pasaba frente él. Asustada, comenzó a buscar su sombra.
Josephine
El recibimiento a los magnates, llegados esa mañana a la isla, continuó en una cena en la que fueron convidados a ron y a selectos habanos. La camarera ofreció la caja de cedro. Ellos seleccionaron, olieron, tallaron y encendieron, babeando la bonanza de algo que sólo apreciaban como negocio. Cesó la conversación, nublados por los fantasmas del tabaco. Entonces, sonó su voz. La reconocieron en seguida: Josephine Baker, con su falda de plátanos y el cabello corto como el de un muchacho. Tan exuberante como en su debut parisino. Cantaba en francés con extraño acento, tan extraño como el ambiente del local. Pero ellos no lo percibían. Se sentían triunfadores. Todo eso les pertenecía. Celebraban el comienzo del año 59.
Asterión
viernes, 25 de febrero de 2011
Hambre
El gordo se relamió los codos y era tan gordo y tan grande que la lengua hasta los codos le llegaba de lo grande que era... tras murmurar esto al pobre lo despertaron...
"¡Que estás hablando en sueños!", "¡no nos dejas dormir!"
"Es la hambre, que me repite el sueño"
"Si no tubieras tanta hambre no te daría esa acidez onírica, mira que te lo digo siempre"
"¡Que estás hablando en sueños!", "¡no nos dejas dormir!"
"Es la hambre, que me repite el sueño"
"Si no tubieras tanta hambre no te daría esa acidez onírica, mira que te lo digo siempre"
Desesperado encuentro
La mar y la sed se encontraron tras toda una vida buscándose. ¿Quien iba a esperar que al conocerse ni siquiera se soportaran?
Fin de semana
Lucía pulsó un botón y su nuevo juguete empezó a vibrar suave, difuminando notas de olor a látex recién estrenado. Se acomodó en la cama y decidió que había llegado el momento de probarlo. Pero sonó el móvil. Lucía se encontró con dos aparatos que vibraban en las manos. Los miró y decidió apagarlos. Fin de semana en un Londres para corazones despistados, que era como ella sentía el suyo. Se deslizó en unos vaqueros bien ajustados y se dispuso a devorar todo lo que encontrase en el buffet. ¿Por qué sentía esa necesidad de comer tanto en los hoteles? Pero no logró desayunar aquella mañana. Su nuevo juguete, no dejaba de vibrar encima de la cama.
Resignación
Paseaba sin rumbo fijo por aquel sendero, sin saber dónde iba ni que vendría después. Con las maletas de la mano y buscando un lugar donde empezar de cero.
Paraste en seco el coche, y me dijiste que subiera, que no tuviera miedo.
Fue un segundo, una milésima de segundo. Y casi sin respirar decidí subir. Colocándome a tu lado sin ningún miedo.
No sé qué hago aquí- te pregunte. Entonces me miraste y me dijiste-escapar de tu pasado como yo.
Yo escapaba de una discusión con mis padres, tú de una violación y tres crímenes.
Ahora estoy encerrada en un garaje esperando a la muerte, con no más entretenimiento que un lápiz y un papel.
Paraste en seco el coche, y me dijiste que subiera, que no tuviera miedo.
Fue un segundo, una milésima de segundo. Y casi sin respirar decidí subir. Colocándome a tu lado sin ningún miedo.
No sé qué hago aquí- te pregunte. Entonces me miraste y me dijiste-escapar de tu pasado como yo.
Yo escapaba de una discusión con mis padres, tú de una violación y tres crímenes.
Ahora estoy encerrada en un garaje esperando a la muerte, con no más entretenimiento que un lápiz y un papel.
Tánto te esperé
Te miraba desde el ventanal en medio de la tormenta, deseabas que yo bajará, que te dijera que también te quería y que seriamos felices para siempre. Pero te deje ahí entre las gotas de lluvia y los enormes rayos, justo lo que te merecías.
Sabía que volverías a mi arrastrándote, lo sabía.
Día tras día esperando tus llamadas; caminando de tu mano, cuándo y dónde tú querías; soñando contigo.
Desapareces.
Y hoy después de varios meses apareces ahí delante de mi ventana, gritando como si la vida se te fuera en ello. No te quiero escuchar, no quiero. Llegas tarde.
Sabía que volverías a mi arrastrándote, lo sabía.
Día tras día esperando tus llamadas; caminando de tu mano, cuándo y dónde tú querías; soñando contigo.
Desapareces.
Y hoy después de varios meses apareces ahí delante de mi ventana, gritando como si la vida se te fuera en ello. No te quiero escuchar, no quiero. Llegas tarde.
La luna de la higuera
La luna de la higuera se posicionaba placidamente. Entre la senda y la tapia se sentaba Antonio, bajo las hojas coronadas de la emperatriz. Observaba la luna con estupor, su luz parecía de un pálido plateado tan hermoso, que le vaciaba la mente y le consolaba el alma .Se escucho un susurro tras él, miro hacia arriba y en la pared vio a Cocho, su viejo gato blanquinegro, recostado sobre la tapia disfrutaba serenamente de la deliciosa brisa de la noche. Antonio sonrío- ya estamos todos- , dijo- y reclinándose hacia atrás hecho las manos sobre la nuca musitando - mira cocho, mira, que bonita esta la luna, con sus ojitos mirando, oronda y de luz llena.
miércoles, 23 de febrero de 2011
Dulce sensación
Lluvioso día, mis piernas entrelazadas con las suyas. Puede que no funcione, que sea otro intento en vano, pero siento que debo intentarlo. Fracasos retocados, pasiones perdidas y esperanza constructiva. El sentido de esta vida se refleja en sus ojos, en su forma de observarme, tocarme. Mucho tiempo perdido, mucha ilusión robada . Esta es mi historia, la tuya, la nuestra. No es una más, pues está salpicada de una ausencia temporal, un sueño profundo marca el cuento y una larga espera en la que la confianza prima, marca el siguiente paso. Esperó junto a mi, mi cálido descanso. Habitaciones de hospital, frías sensaciones de incertidumbre y un final sensacional. Paciencia y suerte, fue lo que me ayudó a despertar.
jueves, 17 de febrero de 2011
La Fea
“Mirenla ahí va… sólo el viento acaricia su cara” - dijo uno de los viejos del café Volga.
“Pobre de ella…mejor sería que no se burlaran más; nadie esta libre de tener una hija así” – dijo el Viejo de la barra.
En Semana Santa prefería escuchar las misas por radio. El cura de la Ermita,a petición de su madre; le imponía la señal de la cruz en su propia casa. En su habitación nunca hubo espejo vienés.ni talcos de Asturias. Creyó que al manchar, su cuerpo cambiaría .Equivocada estaba. Continuó siendo fea.
“Pobre de ella…mejor sería que no se burlaran más; nadie esta libre de tener una hija así” – dijo el Viejo de la barra.
En Semana Santa prefería escuchar las misas por radio. El cura de la Ermita,a petición de su madre; le imponía la señal de la cruz en su propia casa. En su habitación nunca hubo espejo vienés.ni talcos de Asturias. Creyó que al manchar, su cuerpo cambiaría .Equivocada estaba. Continuó siendo fea.
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