martes, 16 de febrero de 2010
Desenlace
Me puse mi mejor vestido, ese negro que me hace menos culo y más elegante. Disimulé las arrugas que me hacen sentir como una treintagenaria. De camino a la cafetería recordé tus aficiones y el color de tus mejillas. Me acerqué hasta la mesa donde me esperabas y con una sonrisa de comprometida pasión me enseñaste mi invitación a tu boda.
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