sábado, 6 de febrero de 2010
Mi síndrome de abstinencia
Mi síndrome de abstinencia, tus palabras que tenues se omiten entre las horas aceleradas. Se escapan, como el viento, como el último aliento que goza mis labios, la violación de nuestra serenidad utópica, la transgresión de tus promesas implícitas sobre mi piel. Termitas inciertas de mis entrañas entreabiertas, el hormigueo perenne del arcano en mi garganta, el sudor frío en mis pómulos yermos. Otra vez, los amaneceres ansiosos y las arduas plegarias al sueño que se resiste, los ríos de ausencia y la desgana improvisada. Mi síndrome de abstinencia, tus caricias que incorpóreas se deslizan entre los rescoldos de tu memoria.
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