Soy de Córdoba, Argentina. Cuando tenía diez años y mi hermano menor ocho, comenzamos a prepararnos para nuestra primera comunión. Íbamos al Colegio de Madres Escolapias en el Cerro de las Rosas, era un colegio de niñas; todo un grado.
Nos hacían estudiar el Catecismo, que a mi me resultaba bastante fácil, no así para mi hermano que repetía sin entender: “los ángeles son seres puramente espirituales, dotados de inteligencia y voluntad.”
Recuerdo, mi primera confesión con el Capellán del Colegio y los ensayos que hicimos. También recuerdo que una madre, nos enseñó la “Salve”.
Por fin llegó el gran día y recibí a Jesús por vez primera lleno de gozo.
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