miércoles, 18 de abril de 2012
El plato de sopa
Desde que como la sopa de letras que hace mi madre he aprendido mucho vocabulario, tanto que me alienta a seguir para que las letras se me queden en la cabeza. Desde entonces se que las marisoplas vuelan alto, que el cocholate está riquísimo y que a veces tengo mollogón de deberes. Dice que tengo una lengua de trapo y que no me ruerma en los laureles. Pero yo siempre le digo que no es problema mío que lo que debe hacer es incluir todas las letras del abecedario, para que de una vez por todas se solucione mi problema y no tenga que ir al logopeda para aprender a hablar.
Biel
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