miércoles, 18 de abril de 2012
Reinventarse
De pronto se volvió gallito. Orillando los sesenta y sin apreciarle cambio fisiológico alguno. Mi abogado, que también es loquero y además buen psicólogo, me sugirió reinventarme, y me pasó un guión de reality televisivo. Cuarenta sesiones UVA para la piel. Una noche de hotelazo en Manhattan, con cristalera panorámica encarando los rascacielos. Entrar a la habitación con minifalda, cofia, y presentando el plumero. Como aquella mucama del Sofitel New York Hotel. Y fue, aparecer, y abalanzarse sobre mí. “¡Para, para, Strausskan!”, le grité. Se enfurruñó y me forzó con violencia de pistolero. Increíble. Le denunciamos por malos tratos y me indemnizó sin rechistar. “Me da igual”, dijo chuleándose, “siempre que continúes haciéndome numeritos”. Estoy deseando hacer el siguiente.
NOSKI
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