jueves, 19 de abril de 2012
Casualidades
Tú y yo podremos pasear juntos cuando recobre la movilidad.
Si tú no me hubieras encontrado aquel día entre los matojos de la cuneta, nunca nos habríamos conocido.
Fue providencial que decidieras hacer un pis en el mismo lugar donde yo me había salido de la carretera cuando reventó la rueda delantera de mi bicicleta. Ahora, al cabo de dos semanas del suceso, me encuentro en mi casa con una pierna y un brazo escayolados y unas ganas enormes de que lleguen las siete de la tarde y suene el timbre de la puerta.
Tal vez hoy quieras hacer de nuevo un pis en mi inodoro.
Spider.
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