martes, 17 de abril de 2012
Agua para ballenas
Había cumplido su sueño, pesaba 35 kg y tenía 20 años. Se había convertido en una princesa de cristal. Sus frágiles huesos se transparentaban a la luz del sol .Caminaba despacio, agotada pero contenta porque acababa de dejar atrás ese cuerpo deforme que tantas noches había repudiado en las noches frías de su habitación.
Empezaba a ver borroso, y cada segundo que pasaba mas borroso hasta que solo vio un túnel negro .Todo se apagó a su alrededor, toda su vida de princesita, toda su lucha contra las modas.
Mientras en una fría habitación de hospital yacía Laura en una cama inconsciente, llena de cables. A su lado una madre desolada luchando por las dos.
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