jueves, 19 de abril de 2012
La morada de la fantasía
La filosofía del teísmo en Japón rinde culto a la magnitud de lo pequeño y lo imperfecto: a las personas sin humor "les falta té", dicen, y a las personas de excesivos sentimientos "les sobra té". Aquella tarde, Eiji Buson escuchaba la lluvia otoñal sobre los nenúfares del estanque del jardín. Sorbió té cálido y recordó a Kamato Komachi, la muchacha de aquel salón de té de Kioto. Realizaba la ceremonia mezclando el té verde con agitador de bambú. La belleza del jaspe líquido brillaba en las tazas azules. La delicadeza de su kimono, herencia del maestro de té: Rikyu.
Benavides
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