jueves, 19 de abril de 2012
Antes de las fiestas
Si llovía, de las pinochas mojadas escapaba olor a invierno. Dentro, la tahona olía a lumbre, a harina amasada en la artesa con huevos, aceite, azúcar, aguardiente y ralladura de limón… Cuando los mantecados y magdalenas salían del horno en canastos de caña, las calles empezaban a oler a fiesta.
Eliana Cinco
(Pseudónimo)
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