martes, 17 de abril de 2012
Temporal
Se acercó a la fila pensando una excusa por si se encontraba a algún conocido. No se le ocurrió ninguna. Se colocó el último y deseó ser invisible pero no funcionó. Suspiró. Un hombre con traje leyó el miedo en su suspiro y le dedicó una sonrisa. La primera vez es la peor, le dijo, luego uno se acostumbra. Y a partir de allí se convirtió en su guía; ponte aquí, espera, coge aquí los cubiertos, allí la bandeja, vaya, otra vez lentejas, el pollo está bueno, nunca sirven vino... Se sentaron juntos, le presentó a otra gente que miraba el plato como si tuviera respuestas dentro. Comieron y su nuevo amigo le dijo; mañana te guardaré el sitio. Y él contestó; no hace falta, esto es temporal... El otro le miró a los ojos; te lo guardaré de todos modos, para mí también lo era.
Laquesis
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