martes, 15 de marzo de 2011
Cobardía
Espera en el andén de la estación. Mira el reloj, saca el móvil. Piensa en llamar, pero cierra la tapa con brusquedad mientras gira la cabeza de manera instintiva. Espera. Las luces de las farolas se encienden. El tiempo se deja sentir entre la oscuridad de la noche y el frío que empaña los cristales de que ocultan la calle. Espera mientras pasan las horas hasta que las luces se apagan y arruga el billete que le permite marcharse.
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