lunes, 28 de marzo de 2011
la niña y el flautista
Había una vez una niña que se subió a un tren con su madre. El trayecto era corto, solo dos paradas. Se portaba bien, por orden expresa. Y muy calladita miraba a los pasajeros. De repente se sube un flautista y toca una canción. Dice que duerme en la calle. Nadie le mira. Pide dinero, “algo suelto”. Nada. La madre le aprieta la mano. La niña le mira. Una sonrisa. El flautista toca de nuevo. También sonríe
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