Es ahora o nunca. Ya no hay vuelta atrás, y no la hubo nunca. Desde que llegas al mundo debes elegir qué es lo que prefieres. Quedarte de brazos cruzados viendo la película de lo que tu vida podría haber sido, o levantarte, un pie tras otro, y convertirte en tu protagonista. Lamentarte por lo que fue, no por lo que pudo haber sido. Caer y levantarte. Y volver a caer, y volver a levantarte. Mostrarle al mundo la mejor de tus sonrisas. Que lloren sólo los que hayan aprendido a hacerlo. No te canses, que este tren no te espera. Y no se trata de resignación, simplemente de euforia y positivismo.
Corre, que es tarde.
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