jueves, 24 de marzo de 2011
Cementerio
Me encontraba en el cementerio vestida de luto, brotando de mi rostro lagrimas ardientes, tan ardientes como la pasión y el amor dedicado en todos estos 10años a mi difunto marido. Allí rodeada de tanta gente me sentía en la más profunda soledad. Mi compañero, mi amigo, mi amante…pero ¿quién dijo que la vida era justa y que cuando tienes el amor no se va? A mis 37años desaparecía ante mis ojos el sentimiento de amor que siempre anhele cuando era niña, las mariposas en el estomago que sentía de adolescente. Ahora quedan sus cenizas, recuerdos de ayer. Jamás le olvidaré.
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