jueves, 24 de marzo de 2011
El cubito de hielo
Era fría como un témpano de hielo, gélida como un día de crudo invierno y a la vez frágil como un carámbano… siempre me sentí así hasta que caminando en la calle choqué con un antiguo amor de infancia. Sentí como si el calor del verano hubiese llegado. Su mirada ardiente era puro fuego…y yo no podía pronunciar palabra, aunque mi cuerpo pedía a gritos poder derretirme con sus caricias y besos. Su voz varonil disculpándose por el choque que tuvimos y su actitud seductora y salvaje hicieron el resto.¿Mi sueño? Dejé de ser hielo para fundirme en el fuego.
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