“Pa’… se acerca el tren que viene de Valladolid.
“Deja, no saldré.
“Pero…
Pero nada, calienta agua que hoy me toca… ¡ah!… no olvides el menjunje de las almorranas…malditas, de no ser por ellas estaría bebiendo con los viejos del Café Volga… ya habrán muerto… ¡qué tiempos aquellos!...
“Pa’… ya está el agua… me prometes que miraras el tren?”
“Que tonta eres… los muertos no se asoman a las ventanas”.
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