lunes, 9 de abril de 2012
Olvidos cotidianos
“Y no intentes escabullirte, que no te va a servir de nada. No finjas que no sabes nada de esto. ¿Crees que no sé lo que estáis haciendo? ¿Crees que por ser un viejo no sé que ella me ha robado el dinero? Lo puse aquí mismo, en este cajón y ya no esta.
¿Y quien coño se cree mandándome tomar esas pastillas? Si ni siquiera la conozco. Quiero ver a tu madre: Lola, Loooolaaaaa.”
Los ojos llorosos de Marta miraron un instante a la cuidadora antes de contestar a su padre.
“Papá, mamá murió hace años.”
“¿Muerta?”
Y de nuevo, aquel dolor diario y confuso, se le instaló dentro de su propio corazón.
El carterista de trapo
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