jueves, 12 de abril de 2012
Pereza
Para cubrir un torso lleno de dudas se decidió por una camiseta corta y perezosa: pereza impregnada en cada uno de los sentimientos que sintió.
De cintura para abajo eligió unos pantalones de paciencia ajustada a su cuerpo, una paciencia pequeña, escueta, escasa, una paciencia que siempre que tuvo vendió cara…
Zapatos negros como su conciencia, de suelas grises como su corazón, unas suelas que muchas orillas de ríos secos habían pisado: dejándose estos humedecer y pudrir y transmitiendo a su vez esa humedad a su alma, a su ser perezoso, impaciente y podrido ser por no saber reaccionar, por seguir dormido, por no querer soportar la carga de no tener esperanzas, sueños ni ganas de vivir.
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