lunes, 16 de abril de 2012
Sabor a martes
Entonces es martes, seguro, por lógica. Como cada semana, acudía a su entrañable cita gastronómica cuyos mejores ingredientes eran, sin duda sus especiales alumnos con Síndrome de Down de la clase de cocina. Todos esos martes “dulces”, “salados”, “enharinados”, “sin frituras”, “muy horneados”, se convertían en una nueva experiencia culinaria para esos intrépidos y aventurados pupilos, perfectamente ataviados con su gorrita y mandilón blancos que esculpían con sus manos los trocitos de masa esparcidos sobre la mesa con formas de luna, corazón, árbol, osito, elefante…, y se peleaban por preguntarle a su profesora de Dietética y Nutrición: “¿he comido bien?”
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