lunes, 16 de abril de 2012
Carta póstuma a Chejov
Entré en una Librería, cuando para mi sorpresa allí estaba el libro que un día quemé en el fuego. No hubo aplausos ante tu obra Tio Vania. Las calles de Celenque se visten de guirnaldas y de cortylandias. Seguro que en Yalta la gente no se viste de luz. Nunca me llevaste. No sé que regalarte por reyes, me tienes realmente abandonada. Pensé en una estilográfica Waterman's Ideal Fountain Pen. Desistí porque creo que en la oscuridad no podrás escribir. Tengo tu manuscrito entre mis manos, ya es casi un incunable. Marina en primavera. Me mira, me sonríe haciendo una voltereta en el aire. El frío se mete por mis tuberías. Voy a pagar, de nuevo una sonrisa lisonjera me avisa de mi desmemoria. Tú obra desprende fuego. Será un éxito entre los tuyos.
Olga Knipper
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