martes, 3 de abril de 2012
Cayeron las tinieblas
Desgarré con mis manos la tierra fértil para sembrar la semilla del amor.
Un viejo mercader de las antiguas rutas, me la entrego, diciendo;
-“Florecerán de ella, las hojas caídas en los otoños del corazón, pero antes de que su brote se convierta en flor, fluirá en ti un suspiro de amor”.
-“Sentirás, -prosiguió. un fugaz destello que iluminara tu alma entre infinitos, la eternidad en sus moradas sombrías por instante se vera iluminada y todo quedara regado de sentido”
Me senté ante la luna azulada a esperar la lluvia alegre que arranque de la tierra oscura la luz.
Y soñando con el instante dulce de tus labios, delante de mis ojos cayeron las tinieblas del alma.
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