martes, 17 de abril de 2012
De pitorreo
Llaman:
-¿quién es?- me asomo y no veo a nadie.
Vuelven a llamar, salgo rápidamente y, de nuevo... nadie. Estaré atento.
A la tercera, enervado y enfadado, salgo del todo y pillo a una haciéndome la burla. La encorro hasta su casa y entro.
Husmeo en las habitaciones más cercanas. No está.
Crece mi interés y me voy a las del fondo, pero tampoco nada. Me pongo frenético a rastrearla con ansia. Desesperado, escudriño todos los rincones habidos y por haber.
Finalmente, sudado y cabizbajo, vuelvo a casa pensando, que de nuevo, me han tomado el pelo.
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