jueves, 12 de abril de 2012
Descanse en paz
En el lecho de muerte, su marido le confesó que había tenido un hijo con otra mujer. Ella, con exquisita dulzura, le pidió que no se esforzara en hablar; le perdonaba. Al momento, aquellos ojos en los que tantas veces se vio reflejada, perdieron para siempre su brillo. Descansa en paz – pensó. Respiró profundamente y avanzó hasta el teléfono para informar del fallecimiento a sus hijos. Descolgó el auricular y marcó de memoria el número del mayor y mientras escuchaba los tonos de espera recordó la carta del hospital con los resultados de las pruebas realizadas. Aquella que mantuvo oculta todos estos años. Esa que confirmaba la esterilidad de su marido.
Mateo Río
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