miércoles, 11 de abril de 2012
HORROR SÚBITO
La descarga eléctrica reflejada en sus pupilas desencadenó la huida. No todos podían correr y nadie miró atrás. Seguían un relámpago, una luz en el horizonte, sin preguntar. Parecía que se unían al grupo cada vez más personas, una estampida imprevista, súbita. Me pareció pisar a alguien, no lo sé. Ella seguía a mi lado, o tal vez no, en aquel momento no estaba seguro, todo iba muy rápido.
Tropecé y la desesperación me consumió. Pisadas y más pisadas sobre mí, gritos, otros cayeron a mi lado también. Creo que todos caímos, dejé de oír la estampida para sólo oír gritos.
Ya nadie me pisaba, tal vez no había tropezado o quizás todos lo hicimos. No supe más.
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