SUEÑO DE INFANCIA

“¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?” Al oírla se espantó, sabía que ahora era un intruso, pero quería entrar. Intentó por otra puerta, entra y sale gente todo el tiempo por allí, no podía estar cerrada. Se escabulló, las aulas seguían igual después de todo ese tiempo, techos altos, puertas esbeltas, suelos desgastados. El corazón movía el cuerpo, su mente lo protegía. Dos personas, nadie lo vio, tenía que cambiar de escondite; donde el celador. ¿Cómo había llegado a tener que ocultarse? Sintió ingratitud después de tantos años dándolo todo. Despertó, su corazón aún acelerado le dio la razón, no puede volver a suceder, algo tiene que cambiar en su interior.