miércoles, 11 de abril de 2012
ULTIMOS METROS
Existen muchas formas de matar el amor, aunque la peor es cuando se muere solo, un trozo cada día. No sé cómo fue, pero pasó. De pronto, una tarde llegó el final, tan sorprendente como anhelado. Nuestro vehículo se averió en la carretera, en mitad de ninguna parte. Bajamos y yo me fui, sin premeditación. Comencé a caminar siguiendo la carretera. Él se quedó mirando como me alejaba, no dijo nada; yo me alejé sin mirar atrás, no dije nada. Un final silencioso, musité, con el mundo por delante y los primeros metros de mi nueva vida andados sobre aquel asfalto. A lo lejos, un coche se acercaba hacía mí. Circula muy deprisa, pensé.
CRAFOR
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