lunes, 16 de abril de 2012
Tres autores juntos
Al levantarse, Alonso Fernández de Avellaneda portaba su peto, una lanza, y en la cabeza la bacía. “Parece que vas de aventuras”, dijo Franz Kafka con voz ininteligible; porque se había convertido en un insecto monstruoso y grande, en la habitación contigua. A lo que Alonso contestó con la mayor naturalidad después de observarle: “He pasado mucho tiempo leyendo en la cama”.
Y los dos estuvieron tiempo indefinido reconociéndose. Hasta que José María Merino llegó a poner orden en los Cien periódicos esparcidos por la estancia.
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