lunes, 9 de abril de 2012
En la farmacia
Me había encantado un envase que decía “probador” y aprovechaba a perfumarme la piel, la ropa, el cabello…
Mientras tanto, unos metros más allá una pareja discutía acaloradamente.
Él le decía: - Cuando salíamos hacia aquí me dijiste que el tamaño no te importaba, que sí te preocupaba que en la cama no se saliera lo de adentro. Y ahora lo enloqueces al vendedor: le hiciste mostrarte el modelo corrugado, los de colores, que el forro éste no, que este forro perfumado tampoco…. ¿Qué quieres? -.
Y ella le respondía: - Mira, después de todo, a vos ¿qué te importa?, si quien va a usar la bolsa para agua caliente es mi madre -.
Lolito
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