lunes, 9 de abril de 2012
No fue mi mejor día
Definitivamente aquella mañana no estaba al cien por cien, noté al levantarme de la cama como hacía cada día, uno tras otro, durante la mayor parte de mi larga existencia, que al poner los pies al suelo, me embargaba una extraña sensación de ingravidez.
Miré alrededor, al principio la vista se me nublaba; pero poco a poco fui distinguiendo en lo que al principio eran borrosas imágenes, los rostros de mis familiares más cercanos.
Me extrañó que fueran únicamente las de los fallecidos tiempo atrás, muy atrás, entre ellos mi bisabuelo, al que reconocí por un retrato que figuraba colgado en la pared de la salita de estar.
¡OH! De repente comprendí mi situación.
Aldrovanda
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