lunes, 9 de abril de 2012
Palabras viajeras
“Las palabras vuelan”, decía mi abuela, con la tristeza de alguien que jamás aprendió a escribir. Dragones azules, grifos y unicornios, venían a mi cama cada noche, a través de sus labios. Soñaba con antiguas leyendas, alzadas encima del tiempo que las nació y, al final, transformé a una criatura mitológica, con los pies de un caballo encandilado y los ojos de un toro, fijados a la sangrienta puesta del sol. Aquellos breves momentos de las sombras alargadas, el tiempo parecía ralentizado, como ahora, que los nubes bajan despacio hacia tu cama para llevarte a uno más de tus vuelos nocturnos. Que sueñes con los angelitos mi amor.
Hoja roja
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