miércoles, 11 de abril de 2012
VUELTA AL HOGAR
La oficina de la multinacional comienza a recomponerse muy deprisa. Primero los tabiques, las paredes, los suelos, el techo y las puertas. Las mesas, las sillas y los ordenadores destruidos recuperan su apariencia original. Las personas que yacen sepultadas entre los escombros regresan a la vida. El avión se despega del edifico y vuela marcha atrás hasta el aeropuerto de Washington. El humo, el polvo y las llamas desaparecen. En la planta 33, papá retrocede sobre sus pasos hasta a casa. En mi habitación, me da un beso muy fuerte y me dice que esta tarde después del trabajo iremos juntos a Central Park a jugar al béisbol.
ROÑAS
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