viernes, 5 de marzo de 2010
Mal sueño
Juan compartía una habitación ciega con un gato. Llevaban encerrados diez días, y se tenían ganas. Había otras dos habitaciones. Ya había husmeado en ellas. Estaban justo enfrente, nada más salir al pasillo, y tampoco tenían vanos al exterior. En la de la izquierda se hospedaba un ratón. La de la derecha estaba ocupada por un pitbull. Juan, hambreado, ideó empujar al gato al cuarto del roedor, y también al pitbull, después, tras una espera prudencial. Era tal su gazuza, que —estaba seguro—, daría buena cuenta del perro engordado, por muy salvaje que éste fuera. Procedió entonces, mas al ir a buscar su galardón, se quedó atónito, comprendiendo que él sería el queso que su antagonista tomaría de postre.
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