María, tenía nueve años e iba al colegio. Jugaba, aprendía, y estaba al corriente de todo lo que sucedía a su alrededor. Pese a su edad, se daba cuenta de cómo iba el mundo y no le gustaba lo que oía… ¡Pero ella poco podía hacer, para cambiar lo que no le gustaba!. Eso sí, esperaba con mucha ilusión al verano.
Pero algo distinto sucedió, pues ella oía que la gente se movilizaba para ayudar a Haití o a Chile. Así que, desde sus más nobles instintos, decidió donar sangre. Sabía que hacía mucha falta en esas circunstancias, y que casi nadie reparaba en ello. Así fue como, tras salir del hospital, María sintió haber hecho una acción muy importante.
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