miércoles, 20 de abril de 2011
ARREPENTIMIENTO
El asesino en serie se arrepintió de su mala vida. Por eso, ya en el lecho de muerte se aseguró de dejar atado todo cuanto debía hacerse para donar sus órganos vitales. Los médicos procedieron con la diligencia habitual en estos casos, pero, lamentablemente, era demasiado tarde. Cuando le abrieron el pecho, observaron, sin sorprenderse demasiado, que tenía el corazón como una piedra.
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