lunes, 18 de abril de 2011
Imagen fija
Cualquiera con una cámara en la mano hubiese imaginado que no hay escena que no rompa al llanto o a la pasión, como el deseo que nos profesamos delante de nadie, en medio de todos. Praga no hubiese sido lo mismo sin el escambroso frío de las calles y el ansiado calor de tu cuerpo sin salida en una habitación de tres días enteros con sus días y sus noches. No hay vuelo sin regreso hacia ninguna parte donde jamás nos volveremos a encontrar siendo los mismos que fuimos, y la algarabía de la tarde lejana, como lo estamos nosotros.
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