viernes, 15 de abril de 2011
LA PRIMERA VEZ.
A la hermosa mujer no le agradó la mirada de aquel hombre y se molestó. Él trató de ser sumamente amable pues sabía muy bien lo que ocurría cuando se era primeriza. Quiero verlo todo…No temas. Entonces, colocó bien la luz, abrió algo más, y se deleitó con su belleza; ella sintió el sofocante calor del hombre y el de la bombilla. Él metió ceremoniosamente un dedo, luego el otro, y sin perder tiempo introdujo el aparato al tiempo que le decía No temas, no te va a doler, y forcejeó un tanto hasta que salió un hilillo de sangre. Poco después caminaba hacia su casa con la muela extraída en una mano.
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