Fijó su mirada en aquellas nubes negras que amenazaban tempestad. La lluvia arreciaba cada vez más violenta, la mar aumentaba su nivel, mientras la espuma blanca golpeaba el triste navío.
Enzo Noir, intentaba pedir ayuda por medio de la radio que existía en el cuadro de mando, al darse cuenta de su fatídico final, su nerviosismo le hizo el primero en abandonar el barco en un bote auxiliar. Se alejaba de sus recuerdos, mientras se hundían poco a poco, en alta mar.
Después de pasar muchos años, el capitán me contó la trágica pérdida de la tripulación y aunque debió ser el último en abandonar, me alegro que mi padre fuera, cobarde capitán en alta mar.
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