lunes, 18 de abril de 2011
MUJER Y ÁRBOL
Sobre la hierba; ve la cúpula del cielo a través de los dedos, abiertos en tenso abanico. El azul se recorta contra las ramas tortuosas de los almendros y ella imagina que son sus extremidades las que se retuercen en caprichosos ángulos, que las hojas estrechas y como punzones clavados en las nubes son sus dedos, que la cubren por entero como escamas. y las flores; Las flores, tejidas en seda, en su paréntesis cromático entre la alba nada del blanco y el rosa pálido de la carne palpitante, tibia. Las flores son sus párpados. Su cuerpo entretejido de verde crujiente es el tronco agrietado, oloroso a musgo y hojas caídas y sus piernas, las raíces que horadan la tierra.
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