¿Quién me resucita? ¿Quién mancilla mi esperanza de una tierra bien ganada? ¿Quién se niega a que olvide mi memoria?
¡Ah! Ya te oigo. Tú, que escarbas con uñas viejas e insultas a mi tierra, tú, que escupes sobre mi sepulcro de azabache. ¿Quién eres? ¿Qué he sido que no puedes olvidarme?
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