martes, 5 de abril de 2011
Fe
Ella solloza en el fondo de la noche y, con sus ojos fríos, guarda silencio mientras observa a los penitentes ortodoxos dirigirse al muro de las lamentaciones para realizar trenos y, del otro lado, en el dique exterior, a los devotos musulmanes congregarse en la Explanada de las mezquitas. Cerró sus párpados con fuerza y tembló una lágrima en sus pestañas. Se volvía a sentir inmensamente sola.
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