Hembra provocadora y mujer lasciva, así era la bella Mónica. Siempre se la podía encontrar en el café del boulevard.
Al otro lado del escaparate, ávidas miradas de deseo esperaban impacientes el contoneo de la sensual Mónica. Excitante espectáculo y perdición de mujer.
La arrebatadora Mónica se sentaba en taburete alto junto a la barra, acortando su minúscula falda y mostrando sus interminables piernas.
La lujuria estaba servida en aquel mostrador de pastas y descafeinados.
Música celestial para consumir café y bien cargado además.
Gran negocio este del Café Jardín de las Delicias, que todas las tardes se veía abarrotado de clientela masculina para degustar, saborear y deleitarse con su …maravilloso café.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario