miércoles, 13 de abril de 2011
EL MAR
La obsesión que sentía Javier por los ojos de Julia le consumía por dentro. Cuando se miraba en ellos creía volver a ver el brillo del mar, sobre todo cuando se inundaban de lágrimas. Incluso, en ocasiones, le parecía escuchar el sonido de las olas. Hasta que un día se descubrió enojándola solamente para contemplar la belleza de aquellos ojos derramando sus lágrimas. Ese mismo día hizo sus maletas.
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